Cuando se habla, la boca se llena de saliva y el movimiento de la lengua, suele hacer un sonido que se escucha al micrófono. 

Por eso es recomendable tener una botella de aguando durante la grabación. Al tomar agua, la cavidad bucal «se limpia» y evitamos el molesto sonido. Caso contrario sumaríamos algo a ser quitado durante el proceso de edición.

Los micrófones de estudio de tipo condenser captan todo tipo de sonido. Y aunque no lo creas, también el de la saliva, por ejemplo al abrir la boca para hablar o cuando estas articulando cada palabra. Por eso es muy útil tener cerca tu botella de agua, que además de hidratarte ayuda a que este sonido molesto desaparezca.

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Ilustración: Fernando Mazzoni

Escrito por

Silvina

Locutora, Cantante y Diseñadora Audiovisual.